Y ahora estás llamando a mi puerta, diciéndome: por favor, sal con nosotros esta noche. Pero prefiero estar sola que fingir que estoy bien.
Aquí la chica cenicero hablando desde un hotel de mala muerte manchesteriano en cuya ducha hay que usar calcetines. Surrealista experiencia, he comprobado que tanto ducharse como f*llar son extraños de hacer con calcetines.
Ayer puse mis pies en tierras inglesas para descubrir la desaparición de las llaves de mi maleta por lo que hasta esta mañana, gracias a la ayuda de "el hombre para todo" del hotel que se ha cargado el candado, no he podido desenfundar mi portatil.
Nada más que decir a parte de que nos han confudido con francesas, como ya suponía, el estereotipo latino y con sabor no se corresponde con mi persona.
Mañana es la presentación...espero encontrar un techo sobre el que dormir, sino, me veo con el puente a modo de residencia.
Hasta aquí la chica cenicero desde fallowfield, con menos pounds en el bolsillo y más música en la maleta.
Escuchando: Hands Open - Snow Patrol